Los farmacéuticos, tanto a nivel hospitalario como comunitario, tienen un papel muy relevante en la prevención primaria y secundaria de ictus y en el seguimiento farmacoterapéutico de los pacientes que lo han padecido. Las medidas prácticas más eficientes para la prevención del ictus consisten en controlar la hipertensión, la diabetes, la obesidad y los niveles lipídicos, para lo cual el farmacéutico puede prestar, especialmente en el ámbito ambulatorio un servicio personalizado en la detección y remisión a los servicios médicos correspondientes para su control.
El abandono del tabaquismo y la moderación en el consumo de bebidas alcohólicas o su abstinencia completa cuando coexistan varios factores de riesgo, son también medidas que deben ser informadas y facilitadas desde la farmacia, insistiendo en la importancia de realizar actividad física moderada de forma frecuente y llevar una alimentación sana y variada, en la que la dieta mediterránea es un modelo idóneo, bajando el consumo de sal y grasas.
El control de todos estos factores que predisponen a la persona a sufrir un episodio cerebrovascular puede prevenir un 90% de los ictus.
Asimismo, los farmacéuticos desempeñan un papel muy importante en la adherencia a los tratamientos de los pacientes afectados por un accidente cerebrovascular y en su seguimiento de cara a que adquieran hábitos de vida para evitar un segundo ictus.
Por ello, todos los años desde el Colegio Oficial de Farmacéuticos de Albacete se realizan sesiones formativas para que los colegiados puedan actualizar sus conocimientos en torno a esta enfermedad.
El ictus es la segunda causa de muerte en España, aunque es la primera en Castilla-La Mancha y en Albacete y también es la primera en mujeres. Además es la primera causa de discapacidad en adultos. Unas 120.000 personas se ven afectadas cada año en España por un ictus, el 35% en edad laboral. En la provincia de Albacete, se diagnostican anualmente un millar de casos de ictus, de los que la mitad fallecen o quedan con una discapacidad grave.
Teniendo en cuenta que una de cada seis personas tendrá un ictus en su vida y el 90% de los accidentes cerebrovasculares son prevenibles, los farmacéuticos pueden ayudar en esta labor desde sus farmacias no sólo asesorando a los ciudadanos sobre los factores de riesgo, para prevenir la aparición de nuevos casos, sino también ayudando a pacientes que lo han sufrido en la adherencia de los tratamientos prescritos para conseguir los resultados terapéuticos esperados y en la detección de posibles interacciones con otros medicamentos y ciertos alimentos.
Se denomina accidente accidente cerebrovascular o ictus a cualquier alteración aguda, transitoria o permanente, en el funcionamiento de una o varias zonas del encéfalo, como consecuencia de un trastorno de la circulación cerebral. Entre el 80 y el 85% de todos los ictus son de tipo isquémico, mientras que el resto son hemorrágicos.
Síntomas de alerta.
El ictus se manifiesta con alteración brusca en el lenguaje con dificultades para hablar o entender; con la pérdida brusca de fuerza o sensibilidad de una parte del cuerpo, siendo lo característico que afecte a una mitad del cuerpo; con alteración de la visión; con pérdida de la coordinación de los movimientos o el equilibrio; cefalea brusca muy intensa. El farmacéutico ayudará a los pacientes que acudan a una farmacia con estos síntomas a que entiendan que se trata de un motivo de consulta urgente, contribuyendo así a la activación del Código Ictus, llamando al 112 sin demora.