La psoriasis es una enfermedad sistémica inflamatoria de la piel, común y no contagiosa, que afecta al 2,3% de la población, es decir, a más de un millón de personas en España, y de ellas, unas 44.000 en Castilla-La Mancha y 8.400 en Albacete.
Mañana precisamente se celebra el Día Mundial de esta patología, y los farmacéuticos como profesionales sanitarios cercanos a la población, quieren sumarse a esta conmemoración haciendo visible la enfermedad y ofreciendo consejos útiles a las personas afectadas, en sintonía con las campañas de concienciación que llevan a cabo asociaciones como Acción Psoriasis, con los que el Colegio de Farmacéuticos de Albacete ha desarrollado acciones formativas conjuntas.
Si bien esta enfermedad, que se presenta en brotes y exacerbaciones no es hereditaria, hay una predisposición genética para padecerla, y un tercio de los afectados tiene familiares directos diagnosticados de psoriasis. Sin embargo, además de esta predisposición, son necesarios otros factores que desencadenen la patología, que comienza en el sistema inmune, principalmente en unas células de la sangre llamadas linfocitos T, que son los que nos ayudan a proteger el cuerpo contra otras infecciones y enfermedades, pero que en el caso de los pacientes con psoriasis, estos linfocitos T se activan indebidamente y desencadenan muchas respuestas celulares, entre ellas, la proliferación y dilatación de los vasos sanguíneos de la piel, lo que se manifiesta en el color rojo de las lesiones características de esta enfermedad.
Teniendo en cuenta que la evolución de la psoriasis en cada persona que la sufre es muy variable, ya que puede desaparecer y volver a aparecer en los mismos sitios del cuerpo o en otros, el tratamiento debe ser individualizado, contando para ello con el diagnóstico y seguimiento de los dermatólogos, y también con el asesoramiento y el consejo de los farmacéuticos para una buena adherencia terapéutica que garantice el éxito del control de los síntomas y de esta forma los pacientes no vean mermada su calidad de vida.
El síntoma más característico de esta patología es el engrosamiento de la piel con aparición de unas manchas blancas o plateadas en manos, codos, pies y rodillas. Con menor frecuencia pueden aparecer también en el rostro y en otras partes del cuerpo. Estas manchas pueden provocar picor y producirse el desprendimiento de unas escamas blancas cuando se frotan. En algunos pacientes se asocian también a síntomas articulares.
En la actualidad, el tratamiento farmacológico de uso tópico o por vía oral que se dispensa a los pacientes psoriásicos, está dirigido a reducir la severidad de los episodios sintomáticos.
Recomendaciones.
Desde el Colegio Oficial de Farmacéuticos de Albacete se recomienda a las personas que tengan esta dolencia que eviten la utilización de productos agresivos para la higiene de la piel y el cabello; que no apliquen perfumen y colonias directamente sobre la piel; que mantengan la piel hidratada; que tomen precauciones ante la exposición al sol; que utilicen ropa adecuada; además, puede resultar útil para estas personas la utilización de productos con avena, así como evitar factores de riesgo que favorezcan la aparición de crisis.